Eran los primeros años del octavo siglo de nuestra era cuando unas tribus aguerridas y fanatizadas por un dios nuevo, procedentes del Oriente del Mediterráneo y de los desiertos de Arabia llegaron al Sur de la península ibérica. Estos llegaron diciendo que venían ayudar a los partidarios del rey anterior, Witiza, que se lo debían de haber cargado sus amigos para poder mandar ellos. Cruzar el mar lo tuvieron fácil porque la derechona de entonces ya tenía el espíritu canalla que tiene ahora y un fulano llamado el Conde don Julián colaboró con los invasores y un obispo, un tal Don Opas, negoció con los visitantes que si le dejaban en paz el negocio de los cristos, que él tampoco se metía con ellos y le dejaba hacer. Como se puede ver la salsa de la derecha viene de antiguo. El rey de por aquí andaba por aquel entonces peleando contra los de Herri Batasuna de de la época; es decir al otro lado de la finca. Cuando se enteró cogieron los bártulos y marcharon hacia el sur. Llegaron cansados después de tan largo viaje y a los nuevos inquilinos no les costó mucho trabajo darles caña en condiciones en la batalla que tuvieron junto al rio Guadalete y sus inmediaciones. En menos de dos años llegaron al mar del Norte y se quedaron con la finca y a la derechona de aquí se le acabó el negocio; a los de los cristos no se los cargaron, pero se quedaron con el negocio para un tal Alá
Cuando la derechona de las espadas y los cristos se vió sin chollo y el negocio de explotar al personal se lo quedaban los otros, le pareció mal, y se liaron a estacazos contra los del turbante y fueron rescatando cachos de la finca a lo cual llamaron reconquista y se fueron quedando con ella los de las espadas para cazar y los de los cristos para construir iglesias, palacios, ermitas, conventos y catedrales; para el pueblo nada, guerras, miserias y esclavitud. Las guerras continuaron y fueron recuperando grandes extensiones del terreno; en cada pueblo que fuera lo suficientemente poblado para mantener un convento de parásitos, los de la sotana se adueñaban del terreno y el pueblo tenía que trabajar para ellos o para el guerrero pues las tierras como he dicho antes eran de los de la espada o de los de los cristos.
Como el trabajo nunca ha sido ocupación de la derechona (no en vano había un antiguo dicho que decía que el trabajo mecánico no era propio de hidalgos) los terrenos conquistados los ocupaban con ovejas que es lo que menos trabajo daba, el cultivo de la tierra era más laborioso y había fabricar arados y fabricar cosas, el hacer algo de provecho nunca ha sido labor de la burguesía española, lo suyo ha sido la guerra, la caza y la misa. La elaboración de la lana requiere un proceso industrial que la derechona española estaba en la misma posición que ahora; es decir, incapaz de llevarlo a cabo, incapaz de crear nada. La lana se la llevaban a elaborar los mismos que ahora nos fabrican los coches y toda clase de artilugios, es decir, franceses, ingleses, italianos y los de los países bajos, (entonces Flandes), ahora Bélgica y Holanda
Al final nuestros guerreros recuperaron hasta el último huerto de la finca; pero el mismo año descubrieron otro chollo; un marinero genovés descubrió nuevas tierras al otro lado del mar y los mismos que estuvieron haciendo negocio contra los moros durante más de setecientos años ahora lo hicieron esclavizando a los nativos del nuevo territorio y quitándoles sus riquezas para decorar altares y castillos. Las riquezas del nuevo mundo no sirvieron para que los pueblos de aquí ni de allí vivieran mejor, sino para enriquecerse la derechona que siguió de parásita y de inútil como en siglos pasados. Nos gastamos lo que teníamos y lo que no teníamos en guerras inútiles para defender la santa fe de Cristo, pero ni un maravedí en el bienestar del pueblo.
Los más aventureros de por aquí se asentaron allá en las nuevas tierras y se declararon independientes formando nuevas naciones, pero con el estilo de aquí; los de los cristos ampliaron el negocio a las nuevas tierras y la derechona de los nuevos países siguió mandando en ellos con el estilo de aquí.
Por estas tierras, mientras que los franceses hacían la revolución política dándole forma a y contenido a la democracia y a los derechos del hombre y los ingleses ponían las bases del capitalismo que ahora gobierna el mundo, inventaban la máquina de vapor, el motor de explosión, los ferrocarriles o la penicilina nosotros nos entreteníamos haciendo guerras con los curas fusil en mano defendiendo la intransigencia y el oscurantismo Los franceses de la revolución vinieron y ocuparon la finca, pero como los dueños del cotarro se dieron cuenta que la democracia que quizá hubieran instalado los nuevos ocupantes siguiendo los principios de su revolución ponía en peligro sus bicocas, ayudados por los más fanáticos, (cosa de la que por aquí nunca andamos escasos) acabaron echando a los franceses a porrazo limpio y el que no tuviera un fusil le clavaba la faca o el tenedor al franchute que tuviera al lado.
La derechona había descubierto un gran invento, que era enriquecerse a cuenta del estado construyendo los ferrocarriles e importando las locomotoras del tren y todas las otras máquinas que los europeos inventaban. La derechona de aquí seguía igual de inútil que cuando les vendía la lana a los europeos en el mercado de Medina del campo cuatro siglos antes.
Como los extranjeros habían inventado la electricidad, los trenes y los coches, los de aquí se enriquecieron construyendo ferrocarriles para los trenes, carreteras para los coches y pantanos para las bombillas, pero siguieron sin inventar nada.
Los reyes que teníamos en cualquier siglo competían entre sí para ver cuál era más borracho o más bobo, nunca se supo, todo lo eran mucho. Hemos tenido mandamases coronados, cazadores, borrachos, puteros, fanáticos, idiotas, reinas putas o santas inútiles, pero una cosa tuvieron en común, todos se dejaron dominar por la secta del vaticano hasta la idiotez; mientras tanto el pueblo en la miseria, el analfabetismo y la penuria como los siglos anteriores.
El siglo que empezamos guerreando contra los franceses lo acabamos guerreando en las últimas colonias de nuestro viejo imperio para acabar perdiéndolas y entrando deprimidos en el nuevo siglo. A la burguesía, tan zafia, cobarde e inútil como siglos anteriores no se le ocurrió ponerse a la altura de la burguesía europea, industrializar España y ponernos el camino del progreso tecnológico como los países que marcaban el rumbo de los nuevos tiempos y que nacían con el nuevo siglo.
En la cuarta década del siglo XX la mayoría de los españoles decidió prescindir de reyes, instaurar un gobierno del pueblo y encaminar a España por los caminos de la democracia y la libertad; pero el sector más zafio, analfabeto y brutal se opuso con las armas en la mano y hundieron a España en el oscurantismo, la miseria, la represión, el miedo y la muerte durante cuatro largas décadas.
El dictador que presidía los negocios de la derechona murió de viejo en la cama; hubo largas colas ante su maltrecho y pequeño cadáver y al día siguiente todos sus beneficiados y seguidores eran demócratas de toda la vida. Fuimos todos a votar y ganaron las elecciones los del partido del dictador muerto. Hubo años de prosperidad y los españoles entramos en el consumismo con entusiasmo y comprábamos todos los artilugios que inventaban los extranjeros, incluso ponían sus fábricas aquí y nos daban trabajo a los españoles y nos hicimos europeos y construimos nosotros solos más casas que entre los más importantes países de Europa; pero como los sueldo eran miserables y precarios y lo único que era europeo eran los precios de los pisos, llegó un momento que la gente no pudo pagar sus casas y cuando nos dimos cuenta teníamos millón y medio de pisos sin vender y otros tantos sin poder pagar y todos los antes hacían pisos (porque no sabemos hacer otra cosa) ahora al paro. España sigue sin industrializar, como en el siglo XV cuando la lana o en el XIX cuando la revolución industrial. Pero la derechona para seguir enriqueciéndose continúa ordeñando la misma teta que siglos pasados; ahora es a cuenta de los impuestos que los ciudadanos aportamos para la sanidad, la educación, las pensiones y los derechos que nos dijeron que teníamos desde que acabó la dictadura.
El hambre, la miseria, la incertidumbre ante el futuro y el miedo vuelven a ser protagonistas de la vida del pueblo como en todos los siglos pasados, ¿pondremos remedio a esto los españoles?
José Manuel Ferrero
La actualidad que nos toca vivir, lo que el pueblo comenta, es la corrupción. Lo que me sorprende es, precisamente, que estemos sorprendidos por que los que detentan el poder se aprovechen de él para enriquecerse, ¿cuándo en España no ha sido así? ¿De qué ha vivido la derecha y la burguesía en España durante siglos? ¿Acaso la derecha se ha dedicado la industria y al comercio, salvo raras excepciones? Según lo que tengo leído en los años setenta la aportación de la industria al PIB era de más del 40% y ahora no llega al 15%, si el capitalismo no se dedica a trabajar, para enriquecerse no hay otro camino que la corrupción. A la derecha, al zafio-capitalismo español, cuando terminó de construir las autopistas sin coches, los AVES sin trenes y los aeropuertos sin aviones, con los impuestos que pagamos los pobres (porque a los ricos les hacen amnistías fiscales) para poder seguir viviendo a cuenta del estado, tiene que recurrir a la corrupción. Porque corrupción, no solo son las tarjetas negras, los gürtel, los ERES, los sobres, etc…etc…etc; la gran corrupción es la privatización de los servicios públicos; el conceder a los constructores de autopistas, aeropuertos o ferrocarriles, la gestión de hospitales y escuelas, pero no con el fin de mejorar la gestión o la calidad de servicios como sanidad o educación, sino para que continúe enriqueciéndose la misma clase social que siempre le ha tocado ganar, a cuenta de los que siempre nos ha tocado perder.
Pero creo que no debemos quedarnos en continuar comentando lo que las empresas de propaganda de la patronal (lo que conocemos como medios de comunicación) ya hacen, debemos ir un poco más allá. Propongo que pensemos en una nueva hipótesis: si consideramos que el hábitat natural de los cocodrilos son los pantanos y que el hábitat natural de las ratas son las cloacas, tenemos que hacernos la siguiente pregunta ¿quiénes serán los cocodrilos o las ratas en el pantano o las cloacas de la corrupción? A mí no me cabe duda haberlos, tiene que haberlos.
Voy a hacer de adivino y me voy a imaginar que en el futuro nos presentarán una nueva casta a la que llamarán “los profesionales” de la administración pública. ¿Y quién pondrá esos “profesionales”? Pues probablemente una, o varias, de las empresas del IBEX 35, las mismas que antes construyeron las autopistas, los ferrocarriles o los aeropuertos, a las que ya los actuales gobernantes les habrán concedido la concesión de esos negocios; porque no se conforman con la sanidad y la educación o convertir las pensiones en su negocio, quieren convertir en su negocio la administración pública, y cuando la hayan conseguido nos dirán que han logrado solucionar la corrupción. Pero lo que en realidad habrán conseguido es acabar de convertir a España en su finca, lo que siempre ha sido para la derecha ¿y qué han hecho previamente para llegar a ésta situación? Pues lanzar el mensaje entre los ciudadanos de que “todos son iguales” y como han conseguido que ese mensaje cale, tienen el terreno preparado para que sea bien visto por el populacho el prescindir de los políticos y cuando logren que renunciemos al derecho democrático de elegir a nuestros representantes habrán conseguido llegar al cénit de la corrupción, habrán prescindido del pueblo y disfrutarán con total impunidad de los enormes sueldazos y de las grandes bicocas que les proporcionará el estado, pero ahora sin que los ciudadanos les molesten, y al final de todo llegaremos a la conclusión que habrán conseguido que la corrupción que tan bien han organizado acabe con la democracia, cosa que al franquismo del PP nunca le ha gustado.
Pero en todo este panorama de la corrupción a mi me falta que las empresas de propaganda de la patronal nos hablen de los corruptores, que son la otra cara de la misma moneda ¿o es que si nos hablan de los corruptores tienen que empezar a citar a alguno de esos veinte que tienen tanto dinero ellos solos como 14 millones de españoles? Yo no me conformo con que me hablen del dinero del Bárcenas, o del Pujol, o de los otros; quiero saber quien se lo dio, porque para mí, tan culpable es el corrompido como el corruptor. Continuará.
J.M.F.I.
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Me resulta muy extraño que en éste mar de corrupción casi nunca aparezca el corruptor, falta éste personaje. Sin corruptor no hay corrupto. Quizá asistamos dentro de poco tiempo al alumbramiento de una nueva casta que se nos presente como símbolo de modernidad y solución al problema que ahora nos aqueja. A esa nueva casta la llamarán “los profesionales de la administración”. La nueva casta que estará a salvo de elecciones. Disfrutarán de jornales estratosféricos como “profesionales” que son, ¿y quién nombrará a esos “profesionales”? Para entonces los políticos de ahora ya habrán decidido adjudicar la administración pública a una empresa privada perteneciente a los grupos económicos que ahora son los promotores, o mejor dicho los corruptores. Habrán llevado a cabo la jugada maestra los del IBEX 35. Primero fomentan la corrupción, para después, en el colmo del cinismo y como broche de oro del asunto, quedar como los que al fin nos solucionen el problema. A partir de entonces, sus empresas de propaganda ya no nos hablarán de la corrupción y darán el asunto por resuelto.
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